Torres de Serranos de la muralla de Valencia en 1891 |
Pero hay otras fuentes que nos ofrecen otros orígenes al dicho. Entre ellos el que da el periodista y escritor Vicente Vidal Corella (1905-1992) en el libro “La Valencia de otros tiempos” en el que, aparte de la versión explicada más arriba, también relata que algunos cronistas atribuyen el origen al momento de la expulsión de los moriscos de la ciudad y la acumulación de éstos en las playas de Valencia, ya que debían de ser trasladados en barcos hasta las costas de Argelia, Marruecos y Túnez, pero debido a la gran cantidad que eran no cupieron todos en las naves, prometiéndoles que regresarían a recogerlos, por lo que muchos quedaron esperando varias noches a la luna de Valencia.
Hay quién atribuye el uso de la expresión a aquellos barcos que arribaban a las costas valencianas y debido a la mala marea no podían acercarse para atracar, motivo por el que sus pasajeros permanecían a bordo, a la luna de Valencia, esperándo poder desembarcar.
Fuente
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