domingo, 20 de enero de 2013

Los iberos que defendieron Valencia

El cruel Pompeyo
En el año 88 a. de C. el general Sertorio llegó a Hispania en plena guerra civil romana. Pertenecía a la facción democrática que se enfrentaba a los oligarcas. Tras diversas vicisitudes y batallas contra sus enemigos venidos de Roma, fundó en Osca (Huesca) una escuela con la pretensión de realizar una aproximación ibero-romana, sabiendo ganarse la amistad de los nativos. Sertorio estaba sorprendido por la cultura ibera y deseaba fundir las dos en una sola de mayor riqueza.

Roma no iba a permitir tal aventura, enviado al joven Pompeyo para combatirla. A principios del 76 Pompeyo se estableció en Ampurias y Sertorio colocó sus tropas entre el Ebro y el Turia. Muy pronto el enviado de Roma tomó la iniciativa atacando, mientras su cuestor Cayo Memmio desembarcaba en Cartagena. Pompeyo avanzó hasta Sagunto y de ahí hasta Valencia, donde fue derrotado por la alianza romano-íbera, obligándole a volver a su refugio en Ampurias.

Un año después Pompeyo volvió a la carga tomando las ciudades del interior celtíberas. La muerte en el 72 de Sertorio marcó el fin del sueño de una Iberia independiente de Roma. Pompeyo tomó ciudad tras ciudad, los iberos habían ido abandonando a sus aliados al desconfiar de ellos, pues pensaban que Sertorio había sido envenenado. De nuevo en la zona ibera ciudad tras ciudad fueron cayendo, Uxama, Termancia, Clunia, Osca, Calagurris y Valencia. Los iberos pagaron muy caro su atrevimiento, Pompeyo mostró toda su crueldad con los derrotados.

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