sábado, 19 de enero de 2013

Un estudio revela que vivir cien o más años viene escrito en los genes

Un ensayo valenciano confirma que los centenarios tienen más rasgos en común con los jóvenes que con los octogenarios

Querían saber por qué hay personas tan longevas que llegan a los cien y más años, y por qué quienes tienen la suerte de alcanzar esa edad lo hacen en buenas condiciones casi hasta el final de sus días. Han realizado un interesante y completo estudio y ya tienen la respuesta. Alcanzar una edad igual o superior al tiempo de un siglo tiene un gran componente genético. Los hábitos de vida son lo de menos.

El profesor José Viña, catedrático del departamento de Fisiología de la Universitat de València, y el doctor Juan Antonio Avellana, geriatra del Hospital de la Ribera son los responsables de un estudio reciente realizado entre centenarios valencianos.

«¿Qué tienen los centenarios?» Esta fue la pregunta que se planteó el profesor Viña y abrió la puerta al ensayo. El experto en fisiología empezó constatando que el comportamiento del organismo de un centenario tiene más rasgos en común con el de los jóvenes que con el de población octogenaria.

Era necesario desentrañar las razones de que las cosas sucedan de esa manera. La intención, explica el profesor Viña, no es el interés por una vida muy larga, sino por conocer cómo actuar para preparar una vejez alejada de la dependencia. Se da la circunstancia de que «las personas centenarias viven en muy buenas condiciones casi hasta el final de sus días». Y por ello el interés de los expertos.

Viña no deja de insistir en que «envejecer no es una enfermedad», pero hay que hacerlo en las mejores condiciones. Tiene muy claro que mantenerse alejado de la dependencia es una conquista que se consigue antes de la vejez: con hábitos saludables. Pero la longevidad de los centenarios responde a otra realidad: «Hay un gran componente genético, se hereda». No significa que los descendientes de alguien que ha vivido 100 años, vayan a disfrutar de la misma dicha, pero la probabilidad es alta.

El doctor Juan Antonio Avellana ofrece algunos datos técnicos de la investigación. Explica que el trabajo ha contado con financiación del Instituto Carlos III, adscrito al Ministerio de Sanidad. Al igual que el profesor Viña destaca que se enfrascaron en el estudio para descubrir las razones de la longevidad de los centenarios y determinar por qué están bien funcionalmente casi hasta el final. Todo para ayudar «a vivir más y mejor, sobre todo funcionalmente bien».

En un periodo de dos a tres años los investigadores han estudiado un grupo de 33 centenarios, según los datos del doctor Viña. El geriatra del Hospital de la Ribera añade a estas cifras las variables que se analizaron. «En todos los casos se estudiaron variables demográficas, estudios, hábitos tóxicos y sobre práctica de ejercicio y dieta».

Pero no solo estos factores. También prestaron atención a variables de funcionalidad física y psíquica, así como a las alteraciones cognitivas o de la vista y el oído. Las enfermedades que a lo largo de la vida habían padecido fue otro de los aspectos analizados. La conclusión, también el doctor Avellana lo dice fue que la longevidad de los centenarios «es genética».

Los hábitos de vida y las circunstancias que han rodeado año tras año a estas personas no llegan a determinar la duración de su vida. De hecho el especialista en geriatría rompe con sus explicaciones una creencia bastante extendida en el ámbito popular: la longevidad es propia de ambientes rurales. No es así: «Hemos encontrado centenarios en ambientes rurales y también en entornos urbanos».

El catedrático José Viña también ha dirigido recientemente un estudio con el que ha demostrado que el vino puede contribuir a alargar la vida en tanto que aumenta la expresión de los genes que determinar la longevidad. La investigación se realizó en monjas de dos conventos de clausura de la Comunitat.

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